Llegó la hora de ir más allá de nuestras fronteras

La empresa petrolera de los bolivianos comenzó hace más de 80 años como productor de hidrocarburos, operando toda la incipiente cadena productiva del país. Creció con mucho trabajo y en su trayecto sufrió procesos de privatización que la redujeron a una posición residual y nada protagónica en la actividad. Pero a partir de la nacionalización del 1ro de Mayo de 2006 comenzó un rápido proceso de rearticulación, tomando control nuevamente de toda la cadena productiva.

Ese ha sido uno de los cambios más trascendentales que implicó la nacionalización de 2006, convertir a YPFB en la piedra fundamental de la industria. Este reto exigió desde un principio, y exige hoy en día, una visión clara del futuro respecto al estado de desarrollo de todo el quehacer hidrocarburífero y energético en la región y el mundo. Es a partir de esta visión que desde un principio YPFB ha remarcado la importancia de la industrialización de los recursos naturales, la diversificación de los productos terminados con valor agregado y la internacionalización de su actividad en los mercados regionales y globales.

Está muy en claro que mantener el enfoque exclusivo en la exportación de gas a todas luces es importante pero no suficiente. Por ello, siguiendo la visión trazada, el año 2013 se dio inicio a la era de la industrialización con la puesta en operación en Santa Cruz de la Planta Separadora de Líquidos de “Río Grande” que requirió una inversión de $us. 190 Millones. Luego, en el 2015, se pondría en operación una segunda Planta Separadora de Líquidos, pero esta vez enclavada en Yacuiba para hacer lo mismo con el gas que se exporta a Argentina. Esta es la Planta “Carlos Villegas” que requirió una inversión total de $us. 695 Millones. Estas Plantas permitieron separar el gas enriquecido del gas seco que hasta ese momento se enviaba a nuestros mercados tradicionales (Argentina y Brasil) y gracias a la puesta en funcionamiento el 2016 de una Planta de Gas Natural Licuado (GNL), que requirió una inversión de $us. 213 Millones, nos convertimos en exportadores de GLP.

El siguiente paso de la industrialización fue la puesta en funcionamiento el 2017 de la Planta Amoniaco Urea con una inversión total de $us. 958 Millones. Ahora está en marcha la implementación de plantas complementarias como la Planta de Urea Formaldehido, la Unidad de Producción de Metanol, la Planta de Nitrato de Amonio, la Planta de Nitrógeno, la Planta de Fósforo y Potasio, la planta de Fosfato Monoamónico y la planta de Fosfato Diamónico; esto permitirá conformar el Complejo Petroquímico de Fertilizantes en Bulo Bulo.


Es a partir de esta visión que desde un principio YPFB ha remarcado la importancia de la industrialización de los recursos naturales, la diversificación de los productos terminados con valor agregado y la internacionalización de su actividad en los mercados regionales y globales.


El siguiente paso, también ya formalizado en su licitación el 2019, es la implementación del complejo petroquímico de Plásticos Duros y Blandos, con sendas Plantas de Propileno y Polipropileno, que estará enclavado cerca de la Planta Carlos Villegas en Yacuiba.

La industrialización representa el avance más significativo del desarrollo boliviano en lo que va del siglo XXI. Es este avance el que hoy nos permite a los bolivianos saber que es posible que en un futuro cercano la mayor parte de nuestras exportaciones sea de productos acabados y no sólo materias primas. Ese es el marco que propicia la llamada diversificación de YPFB, pasando de la monoproducción y exportación de gas, a ofrecer al mercado interno y externo gas licuado de petróleo, fertilizantes y, muy pronto, plásticos duros y blandos.

Para acompañar el desarrollo de la industrialización y la diversificación, YPFB requiere internacionalizarse en la búsqueda de mercados en otros países vecinos y aún en otros continentes.

Este sentido de internacionalización demanda en primer término la apertura de unidades de negocios en el norte argentino y en el sur del Perú, luego en Mato Grosso del Brasil, luego en Perú y Paraguay; en todos los casos, para llegar a esos países con marca propia y establecer la relación directa del productor al consumidor, sin descartar a los denominados traders que ya firmaron varios contratos con YPFB. De hecho, ya comenzó la venta de excedentes de Urea y GLP, tanto a Brasil como a Paraguay. También se han firmado ya los acuerdos que viabilizan la venta de servicios de redes de gas domiciliario en Perú. Luego vendrá la posibilidad de generar energía en el extranjero en sociedad con empresas termoeléctricas, así como exportar etanol y materia prima para fábricas de productos de plásticos y otros.

Cumpliendo normas de los países vecinos, más adelante se vislumbra la conformación de sociedades en plantas engarrafadoras o distribuidoras de gas por redes, la instalación de distribuidoras de Gas Natural Licuado (GNL), proyectos de comercialización del isopentano y lubricantes, entre las acciones más próximas. El horizonte alcanza hasta donde el sol se esconde, YPFB avanzó, pero tiene potencial para crecer más allá de nuestras fronteras con la fuerza y capacidad de los bolivianos.

En síntesis: ¡¡Llegó la hora de la internacionalización!!